Son pocas las ocasiones en que puedo decir que la visita
a un restaurante me llena de alegría, de entusiasmo y admiración. En este caso,
por invitación de un gran amigo Paco, acudimos al restaurante La Cigrona, ubicado en Calle Serranos número 22. Llevaba
días de
haber recibido dicha invitación y hoy por fin pudimos visitarles. Llegue
en compañía de Jessica y de nuestro pequeño hijo Fabián -quien no pudo ir al
cole por estar enfermo pero que no quiso perderse el ver a paco y el
restaurante-. Días atrás paco me había comentado acerca de este plato llamado
un putxero (al estilo de la ribera) el
cual iban a preparar ese día como todos los miércoles . En otras ocasiones
había escuchado de él, pero jamás lo he preparado ni siquiera he estado
presente en su preparación. Hoy por fin tuve esa dicha.
Llegamos al restaurante
pasadas las 9:30 am y ya estaban trabajando en el mismo. Sin perder más
tiempo Paco nos presentó al personal de cocina: Lorenzo, jefe de cocina; y Mari Carmen, encargada de la mesa fría y postres. Debo de
admitir que conocer a Lorenzo y compartir algunas horas junto a él y su
equipo de cocina me ha revivido las ganas de aprender. Él es un
cocinero dedicado, con un orden
minucioso en su hacer, con un gran don para explicar y con un conocimiento enorme
sin miramientos para compartir. De escucharlo mientras me explicaba el
plato pude notar ese amor por la cocina y la experiencia de los años metido en
fogones. Su filosofía de cocina que es
algo que desgraciadamente se está perdiendo. Pero gracias a su perseverancia,
puedo decir que cocineros como él aún se
mantienen y se perfeccionan.
Me contaba Lorenzo
que el putxero es tradicional de la
Ribera . Este plato lleva una preparación de más o menos 4 horas
a fuego lento, para que las verduras y las carnes se hagan y desprendan sus sabores. A pesar de ser una preparación
lenta, el cuidado que se debe tener
mientras se realiza es grande dado que
al final tanto las verduras como la carne deben quedar en su punto.
Mientras pasaban las horas, hablaba con Lorenzo acerca de los platos que
lastimosamente se han ido perdiendo debido al poco interés o la falta de
conocimiento de las generaciones actuales. Echamos un vistazo a la carta del
restaurante, la cual incluye platos muy
llamativos y agradables a la vista. Me llamó de sobremanera el Rissoto con
boletus y Magret de Pato de La Albufera,
el Sgarraet con Jamón, la Sepia a la Plancha con Mayonesa Negra y Salsa
Mery. Estos son solo algunos de los
platos que se pueden degustar allí, pero
la oferta es tan amplia y bien escogida, que la experiencia de comer
aquí será más que placentera.
El Putxero Valenciano
El precursor de los cocidos y pucheros pudiera ser casi
sin ninguna duda la Dafnah (Adafina), el cual se trataba de un cocido de garbanzos y cordero,
que realizaban por los judíos sefarditas
en una olla de barro y comían durante el
Shabat – es decir, el séptimo día de descanso, desde el atardecer del viernes
hasta la noche del sábado- .
Ya para el siglo XV
se hace referencia a este tipo de cocido, pero se le conoce como el
nombre de olleta adefina. Aparece en cantares populares y referencias
literarias como "Crónicas de los Reyes Católicos" de Andrés Bernáldez
(historiador y capellán en 1450). A pesar de ser un cocido exclusivamente a
base de cordero, ovejas y carneros, legumbres y vegetales, con el paso de los
años y tras la reconquista de España por los católicos entre el siglo XIII y el
XV, se van creando nuevas versiones. Ya se encuentra arraigado en el país, pero se difunde por toda la gastronomía española
con nuevas variaciones.
A partir de este momento, se denomina al cocido
"Olla podrida", posiblemente
debido a la fuerza de sus ingredientes, por su fuerte sabor o por la
dificultad en digerir todos sus elementos. La primera cita de este plato con su nuevo nombre proviene
del monje franciscano Antonio de Guevara a principios del siglo XVI.
Actualmente en la huerta valenciana perdió el nombre de olla y lo cambio por el de puchero, por ello
recibe ambos nombres en función de donde se cocine.
En función de las zonas geográficas se introducen la utilización de nuevos
ingredientes como gallina, conejo, liebre, perdiz, vaca. Pero especial
referencia merecen tres ingredientes importantes. En primer lugar se encuentra el cerdo, pues este era uno de los
ingredientes que la "Torá",
las reglas judías de consumo, no
permite, al igual que los derivados del porcino que hoy en día conocemos. Los
garbanzos del puchero, traídos a España por los fenicios, son considerados
ingredientes imprescindibles para un buen cocido pues, han sido durante siglos
el único sustento diario para matar el hambre.
Por último, la patata, que es traída por Cristóbal
Colón en 1492 tras el descubrimiento de
América por los Españoles, se incorpora también a los cocidos de la época, pues
era de fácil cultivo y conservación, estaba disponible todo el año, y con poca
elaboración, combina con cualquier cosa.
En la elaboración de la olla valenciana, como casi todos
los pucheros, se diferencian las partes del servicio por tandas o vuelcos. Es
decir, primero se come el caldo con arroz o fideos; segundo se come las verduras, y tercero la carne. O bien,
se junta la segunda tanda con la tercera - verduras y carne a la vez-.
Por defecto y puesto que esta es tierra de arroces (implantado una vez más por
los árabes en la Albufera en el siglo VIII), la sopa del puchero deberá hacerse
con arroz. Él puchero valenciano es un plato exuberante, casi tan barroco como
la fachada del palacio del Marqués de Dos Aguas, graso en los tiempos en que la
carne era un símbolo de ostentación. El puchero no es un plato rural, es un
plato urbano y necesita de la garreta o de
la carne de ternera. En muchos pueblos del interior valenciano la carne
de res ha sido algo excepcional hasta hace bien pocos años.
Ingredientes:
(Para 6 personas)
500 gr de garbanzos secos, pesados antes de remojar, y
remojados desde la víspera solo con agua
3 nabicoles medianos (También llamados Colinabos)
3 nabos
3 chirivías
6 carlotas grandes
1 col rizada pequeña
1 boniato
1 trozo de calabaza
12 patatas medianas
1 ramita de apio
Cardo
1 manita de cerdo
Huesos de corbet de cerdo
Huesos de ternera (rodilla y caña)
150 gr de tocino blanco fresco (sin salar)
¼ de Kg de magro de cerdo en un trozo
½ de Kg de garreta de ternera en un trozo
½ gallina (en su defecto, medio pollo, pero no es lo
mismo su sabor)
3 morcillas de cebolla oreadas
Para las pelotas
½ kg de magro de cerdo picado
50 gr de manteca de cerdo
c/n de pan rallado
50 gr de piñones
3 huevos
Sal
1 Manojito de perejil
Canela
Para la sopa de arroz
300 gr de arroz
1 manojito de perejil
6 hebras de azafrán o un sobrecito de Colorante
Elaboración:
En dos peroles bien grandes, para que no solo quepa todo
sino que podamos hacer mucho caldo, pondremos en uno toda la carne y en el otro
la verdura. Coceremos a fuego suave hasta que la carne este tierna, no menos de
dos ½ horas. Iremos cambiando parte de los caldos a cada perol, con el fin de
que se vayan juntando los sabores.
En una cazuela aparte pondremos parte de cada uno de los
caldos y añadiremos a continuación los garbanzos y las patatas cuidando de que
arriba del todo queden las patatas, luego el azafrán o el colorante y la sal al
gusto para poder rectificar hacia el final del guiso. Hay que tener en cuenta
siempre que el putxero no se remueve nunca, ni al servirlo.
Llenaremos luego el perol con agua casi totalmente,
dejando solo lo justo para que no se salga al hervir, y lo ponemos sobre fuego
fuerte. Tan pronto arranque a hervir, reducimos el fuego bastante para que la
cocción se haga sin excesos de evaporación, pues deberá estar así unas dos
horas por lo menos, tapamos el perol y dejamos...
Mientras, prepararemos las pelotas. Cortamos muy fino el
perejil.
En un bol de vidrio, ponemos la carne picada, y sobre
ella el pan rallado, la manteca, los piñones, el perejil, los huevos, la sal al
gusto y un poquito (como una punta de cuchillo) de canela. Amasaremos todo bien
con las manos hasta que esté completamente homogéneo. Luego, nos pondremos
harina en las manos para que no se nos pegue la masa y la dividiremos en seis
partes formando con cada una de ellas una pelota, que dejaremos reservadas y
preparadas.
Cuando estemos ya a bastante más de media cocción,
podemos echar las pelotas sobre los demás ingredientes, junto con las
morcillas, procurando que queden cubiertas por el caldo lo más posible, y
tapamos.
Cuando ya termine la cocción, unas dos horas o un poquito
más, sacaremos el perol del fuego.
En una olla aparte, pondremos abundante caldo que
habremos sacado del putxero en ese momento y la pondremos al fuego de nuevo,
cuando empiece a hervir, ponemos el arroz y removemos hasta que arranque de
nuevo el hervor. Sobre él dejaremos caer el manojito de perejil al que solo
habremos recortado los rabos casi hasta las hojas. El arroz estará en su punto
en 15 minutos. Deberemos servirlo enseguida y muy caldoso. A mucha gente le
gusta comerse el perejil, pero si no, adorna el plato y se puede apartar al
estar entero.
Mientras cuece el arroz, serviremos el putxero poniendo
la verdura en una fuente, la carne en otra, y los garbanzos en un plato hondo,
todo sobre la mesa, y que cada uno se sirva lo que quiera y en el orden que
quiera
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